Relato de la realidad

BC, SC, Brasil.- En la pequeña Venado Tuerto (Departamento de General López – coordenadas 33°45′00″S 61°58′00″O), ciudad con un poco más de 83 mil habitantes, ubicada en la provincia de Santa Fe (Región Centro de la Argentina), llegó al fin otra triste historia de violencia de género, compuesta de diversas connotaciones intrafamiliares. Los protagonistas: Laura (* nombre ficticio, para preservar la intimidad), Marti Reynoso, Néstor Reynoso y múltiples cómplices de los hechos que se desarrollaron en esa localidad, incluyendo a la policía provincial.
Historia para fundamentar
La cronología comenzó en la provincia de Córdoba, Villa Carlos Paz, Argentina, cuando Marti Reynoso (nombre real) se casó (legalmente) con Laura (*), a principios de la década del 2000, luego de un breve conocimiento personal.
En aquellos tiempos, la violencia comenzó a deslizarse subrepticiamente, casi imperceptible. Laura (*), luego de su boda, fue siendo alejada de su familia, con un sutil castigo psicológico. Esto fue creciendo cuando Marti pasó de la crítica a los seres queridos, que advertía a Laura (*) de lo preocupante del escenario, hasta el asesinato de su pequeño perrito.
Una buena presa
Reynoso, a medida que transcurría el tiempo, exigía y presionaba cada vez más a Laura (*), que con gran devoción le brindaba todo su cariño. Ella, culta con formación, educación y con buen pasar económico, concedía cada vez más. Aquellas presiones psicológicas, con el pasar de los días se convirtieron en prohibiciones de ver a sus familiares, entonces Laura (*) se alejó meses y años de su pequeña familia de sangre.
Luego de un tiempo, la conminó para mudarse de aquel tranquilo Carlos Paz a la Ciudad de Buenos Aires, para usufructuar la vivienda familiar que ella poseía, alejarla aún más de sus seres queridos y utilizar sus ingresos económicos a total libertad.
Ineptitud del Estado argentino

Las intenciones del victimario asomaban con mayo evidencia y la familia de Laura (*) intentó, varias veces poner en aviso a las autoridades policiales “especializadas” en violencia de género (Policía de la Provincia de Buenos Aires – Comisaría de la Mujer). La gente “especializada”, psicólogos, no dilucidaron nada, no detectaron conductas siniestras, que los legos advertían y la situación quedo sin resolverse.
Marti Reynoso (victimario), decidió entonces colocarle más grilletes a su víctima y se la llevó a su cueva, donde tenía mayor apoyo de algunos de su allegados o consanguíneos. Aquel destino, Venado Tuerto, fue el final de Laura (*), cuando el victimario se encontró en sus dominios.
En la pequeña ciudad del interior de Santa Fe ocurrió lo mismo, cuando se puso en aviso a otro grupo de personal “especializado” (Comisaría de La Mujer) y ellos tampoco detectaron ninguna perversidad, tal vez aguardando una autoincriminación del victimario.
La cuerda tensaba
La victima comenzó, allá por el año 2010, a ser obligada a pagar, económicamente, todo, espiritualmente degradada e impedida de ver a sus seres queridos cada vez más. Las amenazas contra vida de los familiares comenzaron a producirse y la “cuerda” psicológica comenzaba a ser insoportable para Laura (*). Los deterioros mentales era cada vez mayores y notorios. Así, el stress la desgastó y la llevó a la muerte en unos pocos años.
Laura (*) murió sola, sin sus allegados, sólo contó con gente que se vio sensibilizada por el gran cariño que ella brindó. Personas que aprendieron a amarla y se sintieron muy cercanos. El victimario sólo pensó en términos económicos y solamente deseo que fuera sepultada, sin ningún velatorio, para correr a aprovechar la herencia monetaria que ella dejaba.
Sometimiento psicológico
Marti Reynoso, contando con gran colaboración de Néstor Reynoso, erosionó la voluntad de la pequeña Laurita, la sometió a prolongada torturas, amenazas e injurias graves. Las pesadas intimidaciones iban acompañadas con insultos a su condición y a su familia.
La historia no termina por allí, revelaron informaciones secretas que, Marti Reynoso era casado legalmente con otra mujer y se casó, legamente, con Laura (*). Esta confirmación configura el delito de bigamia de Reynoso, que intenta hoy estafar una vez más pretendiendo ser poseedor del sueldo de Laura (*).
Experiencia criminal

Néstor Reynoso, por estos días se pasea frente de los funcionarios de seguridad pública con total impunidad por la ciudad de Venado Tuerto, con vehículos que serían robados y se dedicaría a facilitar la prostitución de mujeres, entre otras actividades de esa línea.
Se constató, por informaciones secretas, que otra parte de la familia de los Reynoso cumplen prisión por delitos como asesinato y otros ilícitos.
Laura (*) murió con un gran deterioro psíquico y físico, casi siendo inhumada como un animal, por voluntad de su victimario. Fue despojada de todos los derechos, sólo por ser una mujer, buena y que pensaba que “todo iba a cambiar”. Los psicópatas y perversos no mudan… Estos se deleitan haciendo sufrir a sus víctimas y el único lugar para ellos es la cárcel, si la “Administración de Justicia” argentina quiere hacer lo que debería hacer…
* Caso real, solamente se alteró el nombre de la víctima, para preservar la intimidad.
- Los datos están a disposición de la Administración de “Justicia” de Argentina.


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