Las nuevas tecnologías profundizan la naturaleza de los delitos


OIPOL operando en el mundo | Comunicación y documentos de UNODC, julio 17 de 2023 | Edición OIPOL, julio 17 de 2023  – Las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) han transformado las concepciones de la delincuencia organizada. En concreto, las TIC han influido en la naturaleza de las actividades de la delincuencia organizada y en los tipos de personas que pueden participar en ella. Esta transformación incluye cambios no sólo en los tipos de delitos cometidos y los modus operandi utilizados por los grupos delictivos organizados, sino también en la diversidad de las personas que pueden participar en la delincuencia organizada. 

Algunos grupos delictivos organizados tradicionales están ampliando gradualmente sus actividades, de los delitos fuera de línea a la ciberdelincuencia, aunque hasta la fecha no se ha observado una transición completa en este sentido. Lo que se ha observado es que estos grupos han pasado a realizar en línea ciertas actividades y operaciones ilícitas. Esos grupos también buscan cada vez más cooperar con ciberdelincuentes que tienen las aptitudes cruciales y fundamentales que pueden utilizar o que de hecho necesitan para realizar ciertas operaciones. Estas personas pueden ser, por ejemplo, programadores (es decir, personas responsables de desarrollar programas maliciosos, exploits (códigos que aprovechan la vulnerabilidad de los programas informáticos o fallos de seguridad para permitir el acceso no autorizado a un sistema) y otras herramientas utilizadas para cometer delitos cibernéticos) y hackers (es decir, personas responsables de aprovecharse de las vulnerabilidades de los sistemas, redes y aplicaciones). 

Las TIC también han transformado la forma en que se estructuran y se organizan ciertos grupos. Eliminan la necesidad del contacto cara a cara y hacen posible que personas que nunca se han visto colaboren estrechamente entre sí y coordinen sus actividades desde distintas partes del mundo. Los delincuentes que participan en estos grupos pueden colaborar para realizar actividades y alcanzar objetivos ilícitos utilizando seudónimos; de este modo, el riesgo de que otros miembros del grupo conozcan sus identidades y ubicaciones es relativamente bajo. Además de la evolución en la estructura de los grupos delictivos organizados tradicionales, también se ha observado la formación de grupos y redes “nuevos” que cometen delitos cibernéticos y operan parcial, predominante o íntegramente en línea. Estos grupos muestran conductas similares a las de los grupos delictivos organizados tradicionales —en particular el uso de la misma estructura y de procedimientos especiales, con el fin de preservar el anonimato de sus miembros y eludir la detección por parte de las fuerzas del orden.

Asimismo, las TIC han eliminado aún más las barreras de entrada a los mercados ilícitos. Como han dejado de verse constreñidas por la ubicación geográfica, las personas pueden formar parte de grupos delictivos organizados desde cualquier parte del mundo. Esta tecnología también proporciona a los delincuentes la infraestructura, los productos, el personal y los clientes que necesitan para llevar a cabo actividades relacionadas con la ciberdelincuencia organizada. 

Por estas razones, las TIC han desempeñado un papel fundamental en la expansión de las redes como así también de los mercados ilícitos, han hecho que los modelos de negocios ilícitos sean más eficientes y eficaces. 

En última instancia, el ciberespacio proporciona a los grupos delictivos organizados un ámbito en el que pueden llevar a cabo sus actividades ilícitas con cierto anonimato, aprovechar las lagunas de los ordenamientos jurídicos en todo el mundo, realizar operaciones y acceder a clientes en cualquier parte. 

El problema de la delincuencia organizada transnacional se ve así agravado por la creciente conectividad mundial y la falta de fronteras en el ciberespacio. Uno de los retos principales es detectar los casos de ciberdelincuencia organizada y a los grupos de ciberdelincuencia organizada, así como la medida en que estos grupos realizan sus operaciones exclusiva, predominante o parcialmente en línea. 

En la actualidad, es poco lo que se sabe sobre la ciberdelincuencia organizada. Aunque existe un conjunto de investigaciones cada vez más abundantes sobre diversos tipos de delitos cibernéticos, la cantidad de investigaciones sobre la ciberdelincuencia organizada es menor. Esta, si bien es una dimensión de la ciberdelincuencia, debe ser examinada y estudiada por separado, lo que puede ayudar a arrojar luz sobre los graves ciberdelitos perpetrados por múltiples participantes que trabajan en colaboración para alcanzar un objetivo y proteger sus actividades delictivas en línea. 

Dado que no comprenden la naturaleza exacta y el alcance de la amenaza, los Estados siguen encontrando difícil contener la amenaza a la seguridad que emana de la ciberdelincuencia organizada. Además, sin esta información, los responsables de formular políticas y otras partes interesadas no pueden tomar decisiones fundamentadas en respuesta a la ciberdelincuencia organizada ni encontrar cursos de acción apropiados para responder o hacer frente a este fenómeno. Para remediar este reto, el compendio que OIPOL pone a disposición a continuación, relacionado a los casos pretende arrojar luz sobre la ciberdelincuencia organizada y detectar casos de delitos de este tipo en diferentes regiones del mundo. El mismo señala y analiza casos de ciberdelincuencia organizada en un intento no sólo de determinar las características fundamentales de esta forma de delincuencia y de los grupos que la cometen, sino también de encontrar las deficiencias en los conocimientos y en las prácticas de la justicia penal en relación con la investigación, el enjuiciamiento y la resolución de este tipo de delitos. 

No hay consenso internacional sobre la definición de ciberdelincuencia organizada. Sin embargo, únicamente a efectos del compendio elaborado por UNODC, que la Organización Internacional de Policías (OIPOL) ha dispuesto para que las Administraciones de Justicia, las Agencias encargadas de hacer cumplir la Ley y el público de diversos ámbitos, interpreta en sentido amplio que la ciberdelincuencia organizada comprende los delitos facilitados por la cibernética o basados en la cibernética y entraña ya sea la participación de un grupo delictivo organizado (según se define en el artículo 2 de la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional) o un delito tipificado conforme al artículo 5 de la Convención (es decir, confabulación o asociación delictuosa). En el compendio se señalan y analizan casos de ciberdelincuencia organizada de diversas regiones con el objetivo de descubrir las formas en que se investigan, enjuician y resuelven los casos que implican este tipo de delincuencia, así como las limitaciones y las enseñanzas extraídas de las respuestas de la justicia penal a esos delitos.

Seguidamente exponemos el documento de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito:

Deja un comentario

Crea una web o blog en WordPress.com

Subir ↑