La perversidad del Kremlin contra los judios 


Institucional OIPOL / OIJUST – Departamento de Estado de los Estados Unidos, enero 25 y 26 de 2024 | Traducción y edición OIPOL / OIJUST, enero 29 de 2024 – El GEC publica un informe especial: Más de un siglo de antisemitismo, cómo los sucesivos ocupantes del Kremlin han utilizado el antisemitismo para difundir desinformación y propaganda.

El 25 de enero de 2024, el Centro de Compromiso Global del Departamento de Estado de Estados Unidos publicó un nuevo informe que detalla las formas en que los habitantes zaristas y soviéticos del Kremlin (y ahora Vladimir Putin y su régimen) han explotado durante más de un siglo el antisemitismo en campañas de desinformación y propaganda diseñadas para desacreditar, dividir y debilitar a los adversarios percibidos dentro y fuera del país. Por ejemplo, en un intento de justificar la injustificable invasión rusa a gran escala de Ucrania, el Kremlin retrata falsamente a Ucrania y a sus partidarios como nazis, demoniza la identidad judía del presidente de Ucrania, ataca a los judíos como “los peores nazis” y participa en un Holocausto reprensible. 

En un comunicado remitido por el Departamento de Estado a OIPOL / OIJUST se expresa que, el Kremlin de hoy se basa en una larga y fea historia de explotación del antisemitismo, que se remonta a la creación y difusión por parte del Servicio de Seguridad Zarista de la notoria falsificación de los Protocolos de los Sabios de Sión. Luego, la Unión Soviética amplió estas tácticas propagando mentiras antisemitas para consolidar el control totalitario. Este informe detalla estos intentos históricos de convertir el antisemitismo en un arma, expone cómo los servicios de inteligencia y portavoces del Kremlin contemporáneo difunden propaganda antisemita como además desinformación por todo el mundo para promover su agenda maligna.

Informe especial del Centro de Compromiso Global
Resumen ejecutivo

Durante más de un siglo, las autoridades zaristas, soviéticas y ahora de la Federación Rusa han utilizado el antisemitismo para desacreditar, dividir y debilitar a quienes perciben como adversarios dentro y fuera del país. Hoy en día, los funcionarios del Kremlin y los medios de comunicación estatales o controlados por el Estado ruso difunden teorías de conspiración, alimentando el antisemitismo con la intención de engañar al mundo sobre su guerra contra Ucrania. Estas tácticas se basan en una larga tradición de explotación del antisemitismo para crear división y descontento.

En el informe presentado el 25 de enero, de dos partes, el Centro de Compromiso Global (GEC) del Departamento de Estado de Estados Unidos documenta cómo los sucesivos ocupantes del Kremlin han explotado el antisemitismo con fines de desinformación y propaganda. La primera parte detalla el uso de desinformación antisemita por parte del Kremlin contemporáneo en el contexto de su guerra contra Ucrania y describe cómo los líderes y propagandistas de Rusia difunden teorías de conspiración antijudías para echar culpas y distorsionar los acontecimientos mundiales. La segunda parte ofrece un panorama histórico de cómo la Rusia zarista y la Unión Soviética utilizaron esta técnica insidiosa para promover sus fines.

En un intento de defender su injustificable guerra neoimperial contra Ucrania ante la comunidad internacional y el público interno, la Rusia actual a menudo utiliza el antisemitismo como su retórica preferida. El Kremlin retrata falsamente a Ucrania, a sus partidarios como nazis, antisemitas y “rusófobos”, demoniza al presidente judío de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, acusa a los judíos de ser los peores nazis y manipula la historia del Holocausto con fines políticos. 

Los propagandistas del Kremlin utilizan el antisemitismo como arma, intentando silenciar a los judíos en Rusia que se oponen a la guerra. Según nueva información del gobierno de Estados Unidos, el Servicio Federal de Seguridad (FSB) de Rusia ha proporcionado financiación y tareas directas para publicar contenidos en línea que a menudo han aparecido junto con contenidos antisemitas. Incluso mientras difunde desinformación sobre Rusia luchando contra supuestos nazis ucranianos y occidentales, el Kremlin despliega cínicamente grupos neonazis abiertamente antisemitas, como el Task Force Rusich, para librar su guerra contra Ucrania.

El Kremlin también difunde teorías de conspiración antisemitas, aprovechando prejuicios centenarios para engañar al público sobre las supuestas intenciones hostiles del mundo hacia Rusia y convertir al pueblo judío en chivos expiatorios de estos ataques. 

El informe, remitido en idioma inglés por el Departamento de Estado, detalla tres ejemplos de estas líneas de esfuerzo. En primer lugar, los líderes rusos se refieren constantemente a la llamada teoría de la conspiración de los “Mil millones de Oro”, que surge de tropos antisemitas sobre el supuesto control mundial judío y sus malas intenciones. En segundo lugar, el ecosistema de desinformación y propaganda de Rusia apunta a figuras judías prominentes para presentarlas como titiriteros detrás de camarillas secretas que buscan dominar la política como también a la economía del mundo. En tercer lugar, los servicios de seguridad rusos y figuras religiosas prominentes intentan resucitar la antigua conspiración antisemita de “libelo de sangre”, acusando a los judíos de asesinatos rituales.

La explotación del antisemitismo por las autoridades rusas como táctica para difundir desinformación y propaganda se remonta a más de 100 años. Uno de los primeros ejemplos de esta actividad de influencia perversa fue la fabricación por parte del Servicio de Seguridad Zarista del Imperio Ruso y de los ahora infames Protocolos de los Sabios de Sión que se inician a principios del siglo XX. En la década de 1920, el dictador soviético Joseph Stalin utilizó el antisemitismo para consolidar su poder. A finales de la década de 1930, se lanzaron esfuerzos para eliminar sistemáticamente la influencia judía en todas las esferas de la sociedad soviética, consolidando el antisemitismo como una política estatal oficial. Hasta la muerte de Stalin en 1953, el aparato de seguridad soviético continuó desplegando campañas de desinformación antisemita – como la caza de brujas contra “cosmopolitas desarraigados”, los ataques al Comité Antifascista Judío y el famoso “complot de los médicos”– para retratar a la Unión Soviética. Esto mostraba la imagen falsa de los judíos como traidores y espías occidentales. Durante las décadas de 1960 y 1980, el Comité para la Seguridad del Estado (KGB) implementó varias medidas activas antisemitas, un término soviético para operaciones de influencia encubiertas, con el objetivo de desacreditar a sus adversarios percibidos (la Iglesia Católica, Alemania Occidental, Estados Unidos, entre otros) como antisemitas. La KGB también atacó al movimiento sionista y a los disidentes judíos soviéticos.

El presidente Putin y el Kremlin utilizan su aparato de desinformación y propaganda para explotar prejuicios antijudíos centenarios al servicio de sus supuestos intereses estatales. Los ocupantes del Kremlin de la era zarista y soviética, y ahora los actuales, han trabajado para desacreditar, dividir, como además debilitar a sus supuestos adversarios, acusándolos falsamente de nazismo, intentando sembrar discordia en sus sociedades y difundiendo conspiraciones antijudías. 

En el proceso, el Kremlin alimenta las llamas del antisemitismo, que está aumentando a nivel mundial. 

El informe remitido por el Departamento de Estado pretende exponer al público la peligrosa desinformación antisemita del Kremlin con la esperanza de minimizar el impacto dañino de la manipulación de la información por parte de Rusia.

Informe completo 

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