- El mundo delictivo crea una convivencia impulsada por los intereses espurios de su naturaleza. Unos defienden una inexistente realidad de “solidaridad”, con la táctica del ataque a los hechos y actores legítimos.
Rio de Janeiro – El universo del hampa contiene cada vez más ardides, inspirados en una creatividad delincuencial infinita, pero hay recursos que ya se conocen desde hace un tiempo. El encubrimientos entre integrantes del “ambiente”, que compran voluntades de quién ambicionan poder a cualquier costo, actores vulnerables que intercambian “favores” a precio vil.
Ya hace varios años venimos denunciando el femicidio de Laura (* nombre ficticio, para preservar la intimidad), caso que ha derivado en innumerable connotaciones. Fuimos amenazados, deslegitimizados, injuriados y ahora atacado con una trama siniestra de complicidades.
Los Reynoso, comandado por el “jefe” de la facción el viejo Marti Reynoso, un jugador y árbitro de futbol fracasado, bígamo, devenido en delincuente y autor de un femicidio ya manifestó su capacidad de psicópata al mando de su banda de individuos insertos en el mundo del crimen, compuestos por hijos y parientes diversos.
El “jefe” del crimen en la región de Venado Tuerto, un jubilado que, con su poder económico compra voluntades de autoridades y empresas, ha llegado por estos días a cumplir con su anhelado objetivo de cumplir con el hecho final. Cargado de odio por Laura, adquirió la voluntad de la morada, que debería haber sido el lugar de paz de aquella mujer que le dio su vida para que él (Marti Reynoso) la viole de múltiples manera, a la “sombra” de la impunidad, “tutelada” por la “organización criminal” de la “Administración de Justicia” de Argentina y sus representantes locales.
Desde el comienzo de la historia siniestra, entre la oposición de las autoridades de aplicación de la ley, diversas “gentes” del pueblo (como Canal 12 de Televisión) que ampararon el accionar delictivo de la facción criminal de los Reynoso, se percibió la operación negativa del Cementerio Otoñal, desde donde Marti Reynoso quiere sacar el cuerpo de Laura. Desde su guarida en la calle Basualdo, casi Junín de venado Tuerto, estos día recorrió el trayecto hasta las afueras de Venado Tuerto, donde se encuentra la sepultura de Laura (Cementerio Parque Otoñal) tal vez con su último deseo de placer psicópata de profanar la tumba, con la posible ayuda de los responsables de Parque Otoñal. Tal vez la compra de voluntades de aquel sitio, vendido como una morada de “paz” fue barata, pero con seguridad fue otra “transacción” de valores con “intereses” miserables de la peor condición humana.
Esto reza en el sitio de “Cementerio Parque Otoñal”, un recurso del más vil comercio de la vida y la muerte.
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